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Casa Nautilus del Arquitecto Javier Senosian, homenaje a la naturaleza

Fotografia de Francisco Lubbert

Casa Nautilus es un proyecto residencial del Arquitecto Javier Senosian que se construyó como si hubiese encallado al fondo del retorno donde se ubica el terreno, en una cima ascendente y que se diseñó observando la naturaleza. Se encuentra acompañado de construcciones altas en tres de sus colindancias. La cuarta de ellas, al poniente, cuenta con una vista profunda hacia una zona verde con montañas en el horizonte.

Casa Nautilus Arq. Javier Senosian
Magníficas formas y texturas hacen de casa Nautilus un proyecto muy original. Te transporta a un lugar digno de un cuento.

Desde los primeros estudios se definió la zona de la construcción al fondo del predio. Al frente el acceso peatonal, el de autos y el jardín exterior, y se dejó una sola fachada, además de la que llamamos “quinta fachada” en el lenguaje arquitectónico.

Diseño a partir de la observación: Casa Nautilus del Arquitecto Javier Senosian

El diseño surge de una profunda observación a los principios de la naturaleza, para darle forma al espacio que será habitado. Esto les permitió a los arquitectos realizar, como diría Bachelard, “una poética del espacio”, donde el concepto viene desde adentro: una vivienda organismo. 

Casa Nautilus de Javier Senosian

Un proyecto espontáneo por naturaleza

En este proyecto, las cosas fueron descubriendo su forma. Por ejemplo, la planta es la espiral que generó esta curva que se va alejando progresivamente desde el centro y se va adecuando al terreno, dibujándose así dicha espiral, de una manera espontánea y natural.

El trabajo en maqueta llevó al proyecto por diferentes alteraciones, hasta que se concluyó que el espacio pedía al Nautilus. Al observarlo desde su boca, se percibía el vientre abultado que parecía flotar en el espacio vacío. La forma podría adaptarse a las necesidades del proyecto sin forzar nada. El impactante cuarto de televisión se ubicó en la gran protuberancia del vientre.

Un cuarto de televisión muy singular. La columna ubicada al centro nos da la sensación de estar dentro de un hongo.

Nautilus fluye como el agua

La naturaleza es una gran fuente de inspiración, y el respeto a la misma consiste en observarla, extraer de ella la esencia, sus principios; interpretarla, no copiarla. El proceso creativo de Casa Nautilus del Arquitecto Senosian fue interesante, lúdico y muy divertido. 

Para entrar, subes por una escalinata que nos muestra el interior del Nautilus a través de un gran vitral. Desde ahí se genera una experiencia espacial, viviendo la secuencia de un recorrido visual que rompe con los paradigmas. Un espacio fluido en tres dimensiones, donde se percibe la cuarta dimensión al caminar en espiral por la propiedad, con la sensación de flotar sobre la vegetación. La sala que emerge del jardín interior y la mesa del comedor, son dos elementos muy llamativos.

El estudio de Casa Nautilus es muy inspirador para trabajar o hacer los deberes académicos.

Casa Nautilus es un espacio continuo, amplio, integral, liberador de formas y luces cambiantes que van con el ritmo natural de los movimientos del hombre.

Arquitectura que toma vida

La vida social del hogar fluye sin divisiones en el interior. Asciende la escalinata en espiral, continúa por el vestíbulo, pasa por la sala de televisión; al final, una escalera de caracol te conduce al estudio, donde se disfruta de un paisaje montañoso. Atrás se sitúan las recámaras, vestidores, baños y cocina; es decir, la zona privada y de servicios.

En el manto del molusco, las glándulas localizadas a lo largo de la orilla producen un líquido de carbonato de calcio que endurece la forma de la concha. De algún modo, el líquido mixturiza cristales en distintas capas que aumentan la fortaleza del exterior de las paredes, dejando un acabado nacarado en el interior.
Semejante a la baba del molusco es el ferrocemento, elemento constructivo que se utilizó en esta casa; un material plástico que se moldea parecido a la plastilina en manos de un niño. Los cimientos, muros, pisos, techos y muebles tienen un revestimiento de ferrocemento de 4 a 5 cm. de espesor. 

Acabados que te transportan al océano

Cabe mencionar que lo que otorga rigidez estructural es la forma toral en espiral continua, de doble curvatura. Literalmente la residencia es un gran caracol, cuya estructura trabaja como una concha que da cobijo protección y resistencia.

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Para la ventilación existen dos ductos subterráneos. Por su ubicación, al penetrar el aire del exterior la casa se enfría o se calienta conforme a la estación del año. En la época de calor, el aire se enfría y refresca la casa fluyendo por el caracol en espiral, empujando el aire caliente hacia arriba y saliendo por la parte alta del Nautilus. En cambio, cuando la temperatura exterior es fría, el aire que penetra por el ducto calienta la casa.
Desde la obra negra, los clientes pidieron que los muros interiores fueran pintados con algún material que diera un acabado similar al nácar del Nautilus, y para el exterior insistieron en copiar el patrón de las líneas ocres que tiene el molusco. 

La idea no convencía a los arquitectos, pero  los dueños se identificaron con la forma del crustáceo. La prueba se realizó maquillando uno de los modelos a escala para tener una idea precisa del acabado, y al ver la maqueta, descubrieron que eso era lo que se necesitaba la fachada.

Indudablemente, el caracol fue quien determinó la continuidad en cada uno de los detalles formales, estructurales, espaciales y funcionales de esta construcción.

La metáfora es: sentirse como el habitante interno del caracol como el molusco yendo de una cámara a otra, como morador simbiótico de un enorme claustro materno fósil.

Ficha técnica

Nombre del Proyecto: Nautilus
Arquitecto o despacho: Javier Senosiain
Colaboradores: En proyecto Arq. Luis Raúl Enríquez.
Ubicación: Naucalpan, Estado de México.
Año de Realización: 2007
Superficie: 330 m2
Fotografía: Francisco Lubbert

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