Vivimos en una época de cambios, de innovaciones tecnológicas en un presente vertiginoso. Cuando pensamos que ya no puede surgir un invento más novedoso, viene el mundo digital y nos sorprende con un nuevo dispositivo que llega para “facilitarnos” la vida… con lo que se pierde cada vez más lo presencial, y las relaciones humanas son cada vez menos personales y más cibernéticas.
Sin embargo, al mismo tiempo renace el romanticismo que brota desde lo más entrañable y recóndito de nuestro ser y llega, como un remanso regresándonos nuestra esencia, a darnos esperanza al añorar lo que fue y así revivir recuerdos de lo sencillo, de lo básico y de lo que realmente es importante; vivimos en ese constante “throwing back”.
Es ahí cuando agradecemos por esa eterna nostalgia que nos hace volver a la raíz, a lo esencial, lo natural, a las cosas tal cual son. Nos damos cuenta de que todas las manifestaciones artísticas y arquitectónicas creadas en nuestro tiempo llegan para permanecer y formar parte de nuestro legado, creaciones que llegan para quedarse y cuya misión será contar la historia de nuestro presente a las futuras generaciones. He aquí la importancia y responsabilidad de nuestros actos, que lo que hicimos ayer, lo que estamos haciendo hoy y lo que haremos mañana, formará parte de la imagen de lo que somos y de cómo queremos trascender como individuos y como sociedad.
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La casa del mes es un proyecto de remodelación llamado Casa JRQZ de López Duplan Arquitectos donde se hicieron adecuaciones a la estructura existente y con las necesidades actuales de la familia, dan por resultado una residencia sofisticada.
También incluimos el Especial de Oficinas, Espacios de calidad que elevan la productividad y especial de Navidad, donde el árbol de navidad es tu lienzo, tu estilo.
Volteemos atrás, traigamos de vuelta los bellos diseños de mitad de s. XX, volvamos a apreciar la pureza de las formas, de los materiales y de lo natural; todo lo que nos trajo la modernidad tanto en diseño como en arquitectura.
Démonos cuenta que “menos es más”, que más vale calidad que cantidad… traduzcamos esto en momentos, los que valen la pena vivir y después recordar.
¡Gracias monumentales por ser parte de esta gran historia!