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El Autismo No Se Cura, Se Trata

El Autismo No Se Cura, Se Trata

ASPANA IAP : Asociación Sonorense de padres de niños autistas

Aspana es una asociación que se consolida legalmente el 23 de enero de 2001, presidida por los señores Pedro Fontes y Ana Claudia Bustamante. Nace por el interés de varias parejas que tienen niños con autismo, para tener un lugar especial donde niños y jóvenes fueran atendidos con el fin de integrarse a la sociedad y tener una mejor calidad de vida.

En el año de 2004, el H. Ayuntamiento de Hermosillo les donó un terreno y fue en ese lugar donde se comienza con el sueño de tener un pequeño edificio, que, actualmente cuenta con gimnasio, sala de preescolar, centro de cómputo, área de estimulación sensorial y con cubículos para que los expertos ofrezcan terapia individual; existe también un taller de cocina en donde los niños aprenden a ser independientes y también se cuenta con un taller especial para los adolescentes.

Aspana, como es una Institución de Asistencia Privada se sostiene con sus propios recursos, aunque han sido apoyados por Teletón (equipo de cómputo) por diferentes tiendas de autoservicio como Oxxo apoyando en el redondeo, entre otras. En ocasiones también realizan rifas, cenas y diferentes actividades para recaudar fondos y ser autosuficientes. Si deseas ayudar a Aspana para que más niños y jóvenes con autismo se incorporen a la sociedad puedes hacerlo mediante esta cuenta BANCOMER 0140846694 o bien llamar al teléfono (662) 216-4349 con la Sra. Ana Claudia Bustamante de Fontes.

En Aspana también se hace una evaluación respaldada por personal calificado para detectar si tu hijo tiene autismo; esta tienen un costo de $1,700 pesos.

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En Estados Unidos se maneja una incidencia de 1 en cada 110 nacimientos; a la fecha las causas son desconocidas, aún y cuando desde hace muchos años se le reconoce como un trastorno del desarrollo.

Salvo contadas excepciones, el autismo es congénito (se tiene de nacimiento) y se manifiesta en los niños regularmente entre los 18 meses y 3 años de edad. Los primeros síntomas suelen ser: el niño pierde el habla, no ve a los ojos, pareciese que fuese sordo, tiene obsesión por los objetos o muestra total desinterés en las relaciones sociales con los demás.

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