Sencillez, carisma e indiscutible talento son algunas de las cualidades que caracterizan a esta artista en ascenso. Su inquietud por la pintura comenzó desde muy pequeña, pero no fue sino hasta el 2004, en Veracruz, que Lucy tuvo sus primeros acercamientos a este arte guiada por el maestro Bernardo González Peña (ciudadano distinguido por trayectoria en Artes Plásticas, por el Gobierno del Estado de Veracruz 2006), mentor al que siempre le estará agradecida por haber sido exigente y sincero en referencia a su formación y obra.
Durante esos nueve años de estar inmersa en esta disciplina, el estilo de Lucy Cruz sigue los patrones de la corriente surrealista, creando una combinación entre la fantasía y el color, donde lo abstracto se funde con figuras definidas. La conexión que existe entre un artista y su obra es indescriptible, algo efímero que sucede dentro de cuatro paredes que son testigo del nacimiento de nuevas creaciones “Cuando te conectas con la pintura ésta te posee, te va guiando”, así es como la pintora sonorense describe ese trance durante el cual sus obras cobran vida. Una pintura es el reflejo del estado de ánimo del artista, un pasaje a pincelazos que relata lo que éste ha vivido a través de los años.
El talento y creatividad de Lucy Cruz ha traspasado fronteras ya que fue invitada a exponer su obra en la ciudad de Senailly, en el este de Francia, en octubre del año pasado. Para enero de este 2013, su obra estará presente en la ciudad de Nueva York, en la Amsterdam Whitney Gallery, y en marzo, en la Studio Vogue Gallery de Toronto.
Artistas como Lucy Cruz nos enseñan que con tenacidad y perseverancia se pueden lograr grandes cosas; su familia y amigos han fungido como impulsores en su carrera, pero sobre todo ella misma, que ha tenido la visión para convertir a aquella niña que dibujaba garabatos sobre papel en una artista de fama internacional.
Texto/Fotos José Alfredo García Villegas