Transformando los espacios
Originalmente, este lugar fungía como bodega y taller para camiones, hoy en día, después de una adaptación que duró aproximadamente 2 años, se ha convertido en un loft y taller de pintura y escultura con un diseño y personalidad excepcionales.
Lo que originalmente fue un almacén y taller mecánico es convertido en un loft y taller de arte.
Siendo el propietario un artista plástico, la transformación de este lugar se rigió bajo una sola regla: adecuarlo a sus necesidades –un lugar acogedor dónde vivir y un lugar de trabajo e inspiración–. Se respetó la estructura original del lugar para que no perdiera su esencia, cosa que le da aún más valor a esta obra. Los tijerales de madera se conservaron, y para hacerlo un lugar habitable, el techo de lámina se cambió por una cubierta aislada. El piso de concreto se sometió a un proceso de pulido, se le dio color y se aplicó un sellador para que éste conservara su apariencia.
Como parte de esta intención de conservar la originalidad del edificio, se descubrió el ladrillo original en algunas paredes donde se puede apreciar todavía parte del encalado.
La intención del diseño de interior fue hacer que todo pareciera artesanal, utilizar materiales y procesos que integraran esos detalles con la arquitectura del lugar, esto compensado con mobiliario de diseñador de la época de la Bauhaus. Los diferentes tonos de gris que se tienen en el interior hacen que la obra misma y las piezas modernas creen un contraste, una explosión de color, formas y figuras.
Proyecto Rodolfo Ivich Escárrega
Fotos Juan Casanova – juancasanovafotografo@gmail.com
Textos José A. García Villegas.