Cada vez que uno elige algún platillo, lo hacemos por la atención en la variedad de colores de su composición. De manera instintiva, elegimos aquello que nos parece más fresco, el apetito se estimula inclinándonos a elegir el plato que mayor colorido presenta, en el que los productos se muestran de la forma más natural posible Los platos deben satisfacer tres criterios, color, olor y sabor, para ser elegidos por uno. El color y la comida están tan íntimamente relacionados que todos esperamos que los colores frescos y llamativos correspondan en sabor y calidad de los alimentos. Todas estas reacciones son naturales y necesarias, que además forman parte de un desarrollo personal, aprendidas de acuerdo con el entorno cultural, o de acuerdo al lugar donde nos encontremos.
La próxima vez que comas, fíjate en los colores que tienes en tu plato, los colores frescos y naturales, dotados de un valor nutritivo para mantenernos perfectamente sanos, son los que tienen la gama del rojo y naranja, el dorado y el verde. Si los colores que tienen los ingredientes son intensos en exceso, probablemente se deba a los colorantes artificiales utilizados con frecuencia para que la comida poco sana resulte atractiva.