Estos accesorios son cada vez menos usados pero su historia es bastante interesante.
Al principio su uso era meramente decorativo y después se empezaron a usar como protección para pisos y como elementos para dar calor a un espacio. Hoy en día el uso que se le da a los tapetes y alfombras se podría decir que es el mismo; se colocan en un área del hogar para mantener cierta temperatura en una habitación, para dar una sensación de calidez y/o para realzar y decorar algún espacio determinado.
La creación de alfombras se remonta a más de diez siglos cuando, gracias a las Cruzadas, éstas se comenzaron a utilizar en Europa.
Hay diferentes tipos de alfombras y tapetes que varían según el tipo de tejido, en los materiales de los que están hechos, etc. Cada uno es especial para cubrir cierto tipo de necesidades del espacio donde se colocan. Generalmente a las alfombras se les da un uso más funcional; en cambio, los tapetes son considerados piezas decorativas. Es por eso que existen mucho más estilos y diseños para satisfacer todo tipo de gustos y necesidades.
TEXTOS / FOTOS José Alfredo García Villegas
Las fibras largas en un tapete crean una sensación de movimiento en la superficie, dándole mucho más cuerpo y textura.