EL INTERNET nos ha salvado la vida muchas veces, desde que su accesibilidad llegó a los hogares alrededor de los 90s. Nos ha ayudado a encontrar el mejor outfit para cierto evento, cómo arreglar una llave de tarja o, incluso, volvernos famosos aunque sea por 5 minutos y a raíz de un meme.
El internet y, sobre todo, las redes sociales, son una herramienta valiosa para mantenernos en contacto con el mundo entero, enterarnos de los comentarios del grupo de vecinos o saber qué pasa en Japón.
En la arquitectura es de mucha ayuda el internet
En la arquitectura y el diseño, nos ha inspirado constantemente con nuevas tendencias, con nuevas soluciones, con mejor aprovechamiento de los espacios, etc. Sin embargo, como cualquier herramienta al alcance de todos, se puede convertir en un arma de dos filos. Aunque esto puede ocurrir en cualquier aspecto del quehacer humano, en este artículo nos enfocaremos a los proyectos arquitectónicos y de interiores, y en cómo esta herramienta puede arruinarlos por completo.
Si bien es importante para nosotros como arquitectos entender, lo más puntual posible, qué es lo que quiere cada persona con el diseño de su proyecto, nos ayudan mucho las imágenes que puedan presentarnos; si visitaron algún lugar y les encantó cierta solución, si hojearon una revista y nos muestran un recorte de ésta, incluso, que nos compartan su board de Pinterest “La Casa de Mis Sueños”: todo esto es de gran ayuda para solucionar el diseño en el menor tiempo posible y sin tener que hacer tantos cambios.
Aquí va el otro lado de la moneda
Tenemos tanta información a nuestro alcance que nuestro diseño soñado, se vuelve una “capirotada” en nuestra mente y necesitamos la ayuda de profesionales para que nos ayuden a desenredar esa bola de estambre.
Sin embargo, aun cuando ya contamos con la ayuda de un profesional con el que hemos desarrollado una confianza considerable, seguimos buscando en internet qué más hay allá afuera. Y empezamos a dudar de nuestros gustos y comenzamos a hacer cambios que retrasan nuestro proyecto y que incrementan su costo, tanto de ejecución como de diseño, pues los días estipulados que tiene un despacho de arquitectos para ciertos proyectos, terminan por alargarse y, por ende, es tiempo que debe de cobrarse como extra.
Sumémosle a esto que todo lo que vemos en internet, sobre todo lo que más nos gusta, posiblemente esté fuera de nuestro presupuesto de obra; a lo mejor ni siquiera existe en nuestra región o muy probablemente es imposible de ejecutar estructuralmente porque no nos dimos cuenta que la imagen que nos gustó es un modelo de 3D (donde todo es posible) y no una imagen de algo construido. O a lo mejor son proyectos en los que el costo de la ventanearía que nos gustó es de 10 millones y sólo se fabrican en Europa. Además, las imágenes que vemos estaban retocadas (como las modelos de revista que nos hacen sentir siempre mal) y un sin fin de otras cosas con las que en Instagram nos tienen engañados.
Debemos tener mucho cuidado con lo que vemos en internet e informarnos de qué sí y qué no se puede hacer en la región donde se desarrollará nuestro proyecto. Por esto la importancia de contratar a un profesional y confiar en su conocimiento, respetar los tiempos de ejecución y tener, sobre todo, muy en claro cuáles son las posibilidades para la ejecución de cierto diseño.
Tener prioridades en tu proyecto es algo súper importante
¿Quieres que el medio baño sea espectacular o prefieres la doble altura en la sala? ¿La escalera quieres que sea lo principal o las luminarias extraordinarias que pondrás como instalación sobre tu comedor? Decide razonadamente según tus necesidades.
DECIDE RAZONADAMENTE Y DECIDE POR TI, POR TU PROYECTO. ES TUYO Y DE NADIE MÁS, NI SIQUIERA DEBIERA SER DEL PROFESIONAL QUE CONTRATES, PORQUE CADA DISEÑO DEBE DE SER ÚNICO SEGÚN LAS NECESIDADES DEL USUARIO FINAL
(662) 227-9114
