Diseño de platillos: todo un arte
“El diseño de platillos”, es aquel que determina el balance, color, forma y acomodo de los alimentos dentro de un plato para su presentación; es trabajar como si el plato fuera un lienzo de pintura y la comida fuera el material de trabajo para crear una obra de arte.
“El diseño de platillos” es un área de trabajo con posibilidades casi infinitas. Hoy en día es una disciplina de moda, aunque ha existido desde el momento en que el hombre comenzó a crear sus propias herramientas para consumir, calentar y prepara alimentos.
Revisando mis apuntes e ideas para planear la edición del mes de octubre se me vino a la mente un tema del mundo de la gastronomía al que la mayoría de los involucrados en la cocina de tendencia prestan atención todos los días y ponen especial esmero para lograrlo.
Cada región posee sus propias costumbres culinarias y la variedad de alimentos es enorme.
Visualiza el platillo
Es importante no vernos influenciados por fotografías profesionales que nos encontramos en medios de publicidad gráficos, ya que en ocasiones generan una falsa perspectiva de un platillo perfecto y olvidamos considerar que, en la mayoría de los casos, las imágenes son retocadas y mejoradas de forma digital.
La forma correcta de montar un plato depende de la habilidad para crear e imaginar distintos matices en el mismo. Cuidar los colores e imaginar las texturas para que éstas se complementen, es todo un arte. Los trazos en papel te ayudan para visualizar el plato durante el montaje hasta la idea final como fue planeado.
Los excesos hoy en día
Desde tiempos de los romanos, con su gusto por los excesos y el lujo, se empezaron a presentar los platos de formas a cual más original, y se valoraba el mérito de un cocinero por su capacidad de impresionar a los comensales. Se habla de banquetes en los que se servía un cisne, cuyo interior, una vez abierto, dejaba escapar pájaros vivos que aleteaban entre los asistentes y todos quedaban asombrados. Hoy en día no se estilan estos excesos, y la decoración tiende a ser lo más sencilla y elegante posible, huyendo de barroquismos.
Básicamente, dejémonos llevar por nuestra intuición y buen gusto, aunque haya varias reglas que nos pueden guiar. En primer lugar, si disponemos de suficiente vajilla, la elección del plato es importante. Normalmente suele quedar mejor un plato muy neutro, con color pastel claro, o incluso blanco, y si es sin dibujos, mucho mejor. Las vajillas clásicas más decoradas son otra opción, siempre que tengan una decoración sencilla y si es posible, sólo en los bordes.
Los componentes de un plato del buen comer
Para que un plato pueda llamarse así, debe de componerse de varios elementos:
• Las buscadas y famosas proteínas.
Éstas son carnes de todo tipo, comúnmente es el elemento principal que es mencionado al principio del nombre en el menú o de la preparación. También pueden entrar las proteínas vegetales cuando éstas sean principales.
• Los carbohidratos.
Son las guarniciones incluidas en el plato como acompañamiento; papas, cereales, pastas, etc.
• Las verduras.
Dan color y frescura al plato. La salsa, componente que no puede faltar, es el elemento líquido que une los sabores. y por último, los detalles para decorar que son todos aquellos elementos que aportan el punto final; hierbas, flores, pequeñas ensaladas, masas, frituras, etc.
