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Conoce los diversos tipos de luz artificial que existen

Conoce los diversos tipos de luz artificial que existen

los tipos de luz artificial

Los tipos de luz artificial mejorar los ambientes de nuestro hogar.

 

 

Desde su invención hace más de un siglo, la energía eléctrica ha traído luz donde antes no la había. La evolución de las fuentes lumínicas de entonces a nuestros días ha sido continua generando diversos tipos de luz artificial.

Conoce las distintas alternativas de luz artificial que hay en el mercado.

Luz incandescente

 

 

Luz incandescente
Foto de Vladyslav Dukhin en Pexels

 

El foco incandescente ha sido la fuente de luz artificial tradicional y, aunque en algunos sitios –como los países de la Unión Europea– ahora se prohíben su fabricación y comercialización, en algunos otros, como en México, sigue siendo una fuente lumínica muy utilizada por el tono cálido de su luz y su bajo costo en el mercado.

Como contraparte de estos atributos, el foco incandescente tiene muy poca eficiencia, dado que de toda la energía que consume, sólo alrededor de un 15% es convertido en visible (luz) y el resto, en calor y en energía que escapa al espectro de visión humana.

Además del problema de sustentabilidad ambiental que esto supone –alto consumo de energías fósiles del cual sólo se aprovecha un porcentaje mínimo–, la poca sustentabilidad económica es otra limitante, dado que el alto consumo de energía consumida por estos focos también se refleja en la factura eléctrica, además de tener muy corta vida útil.

 

Luces de halógeno

 

Representan una evolución con respecto al foco incandescente, puesto que tienen mayor eficiencia (mayor aprovechamiento de la energía consumida y mayor vida útil) y rendimiento (capaces de aportar más luz por watt consumido) en relación con el foco incandescente, además de ser dispositivos más pequeños que éste último.

Son útiles para iluminar un área particular en nuestro hogar, como spots sobrepuestos a una luz de ambiente; dadas las altas temperaturas que alcanzan, deben manipularse por medio de un paño limpio, con lo cual evitaremos quemaduras e impregnar nuestra grasa cutánea en la ampolleta del foco con la cual ésta podría estallar. A pesar de su relativa eficiencia con respecto a la luz incandescente, estas luces son también consideradas de alto consumo energético y han sido igualmente “sacadas de circulación” del mercado europeo.

 

Luz fluorescente

 

 

Luz fluorescente
Los tipos de luz artificial: Luz fluorescente. Fotografia de Serge Kutuzov en Unsplash

 

A pesar de haber sido un invento poco reciente –su historia se remonta casi a la invención de la bombilla incandescente, sólo que sus altos costos de instalación y mantenimiento desalentaron su uso–, las mejoras que sobre él se hicieron a mediados del siglo pasado lo sacaron de la lista de “patentes inviables” y lo volvieron un dispositivo de creciente popularidad. La luz fluorescente es conocida por la extrema eficiencia que ofrece en contraste con las luces incandescentes y de halógeno.

Las luces fluorescentes han experimentado varias transformaciones desde su irrupción masiva en el mercado en la segunda mitad del siglo XX, como la disminución del tiempo de encendido y del “parpadeo” que generaba al mantenerla encendida, casi hasta el punto de volverlos imperceptibles. Ampliamente usada en ambientes de trabajo y oficina, para extender su vida útil, se recomienda usarla en sitios donde se requiere que esté encendida continuamente (evitar estar prendiéndose y apagándose). A los muchos beneficios de la luz fluorescente, se opone una consideración: dado que es una luz no-continua, su uso no se recomienda para lectura ni trabajo fino o minucioso.

 

Luz fluorescente compacta

 

Foto de Zain Ali en Pexels

 

Conocida en México como “foco ahorrador”, esta luz presenta características muy similares a la luz fluorescente tradicional, sumando la ventaja de que su presentación con rosca –como el de las bombillas incandescentes- la hace práctica por su fácil instalación y nulo mantenimiento. Las innovaciones sobre este tipo de lámparas hacen posible que hayan ampliado su gama de “temperatura de color” (los tonos en que vemos la luz), abriéndonos más opciones que la luz fría en la que típicamente se nos presentaba: ahora podemos encontrarlas en la cálida luz ambarina que remeda la de un foco incandescente.

A pesar de que los focos ahorradores son dispositivos mucho más costosos que los incandescentes, resultan una inversión, dado que presentan mucha mayor eficiencia energética, con lo que son sustentables ambiental y económicamente.

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Además, las horas de vida de una lámpara de este tipo son más que las de un foco incandescente, lo que requiere que compremos luces con mucha menor frecuencia. Lo mismo que las fluorescentes normales, las fluorescentes compactas no se recomiendan para lectura continua ni tareas minuciosas, siendo la luz de halógeno, la luz LED y, por supuesto, la luz natural, más apropiadas a estos propósitos; asimismo, las lámparas fluorescentes contienen mercurio que, si bien se encuentra en bajas proporciones, es un desecho que debe ser dispuesto de manera especial.

Lamentablemente la normativa ambiental en nuestro país y nuestro estado no contemplan aún el desecho y tratamiento de este tipo de lámparas. Por otro lado, en caso de romper una lámpara fluorescente normal o compacta en nuestro hogar o trabajo, se recomienda barrer los desechos y ponerlos en una bolsa que cerremos bien y salir de la habitación por alrededor de quince minutos y escribir en la bolsa el tipo de desecho que contiene (mercurio).

 

Luz de diodos emisores (LEDs)

 

 

 

 

Luz LED
Photo by Efe Kurnaz on Unsplash

 

 

Dentro de los tipos de luz artificial, se encuentra la luz en diodos emisores que son la última tendencia en iluminación. Son los campeones de entre todas las posibilidades de luz artificial, aportando muchísima más luz por la energía que consume sin producir calor, además de tener una vida mucho más larga – por cientos de miles de horas – que su segundo competidor más cercano en rendimiento y eficiencia – la luz fluorescente –. Además, como nos comparte la arquitecta Martha Luján de Ilumicenter, si lo que queremos es conseguir una atmósfera especial empleando iluminación de color, los LED también resultan absolutos ganadores en este terreno.

La calidad de color que ofrecen los LEDs es superior que en cualquier otro tipo de luminaria. Esto es debido al funcionamiento del dispositivo donde el color se produce desde el origen junto con la luz. En cambio en otro tipo de luminarias es por algún atributo “postizo” que se consigue por el barniz que se le da  a la ampolleta que lo contiene.  Una ventaja adicional es que no contienen, ni mínimamente, sustancias que requieran algún tratamiento especial –como sucede con las fluorescentes–.

Aunque son más costosos que las lámparas fluorescentes compactas, y muchísimo más que las incandescentes, iluminar con luz LED resulta no sólo una decisión ambientalmente inteligente, sino también sustentable para nuestro bolsillo: pasarán décadas y seguiremos disponiendo de las mismas luminarias, además de que nuestra factura eléctrica se verá sustancialmente reducida.

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