Para mi el pan dulce mexicano tiene un valor sentimental. En mi infancia, todos los domingos por la mañana después de misa acudíamos a una panadería. Para mí era lo mejor de lo mejor poder elegir varios estilos de pan, ya que en mi casa acostumbramos a cortar en partes cada pieza y así poder degustar de distintos sabores.
La cultura de la panadería mexicana difiere un poco dependiendo de la zona de la república, pero en general son muy similares solo que los nombres de los panes pueden ser distintos en cada lugar.
Las conchas son las más reconocidas mundialmente, su nombre surge del parecido que tiene a las conchas del mar.
El ojo de buey o beso, son dos panes que se juntan por su relleno de mermelada, lo podrás encontrar también envuelto en mermelada con coco rallado. También podrás encontrar un pan llamado ojo de buey totalmente distinto, es un hojaldre con un relleno dulce y suave.
La corbata o moño es un pan de hojaldre torcido y espolvoreado con azúcar. También están los cuernitos que vienen de la influencia de la gastronomía francesa con su famoso croissant. Para mi gusto este pan no es considerado pan dulce, pero se puede emplear para rellenar con ingredientes salados como un sándwich o con mermelada y queso crema.
Puerquito, marranito o cochito es de los más populares por su forma de un cerdito. Pero no solo es por su figura tan curiosa y divertida. De un sabor a canela con piloncillo excelente para acompañar una taza de café.
Para mí es de gran importancia seguir con estas tradiciones de nuestra gastronomía y gozar de las delicias que nos ofrece. Además que es parte de nuestra cultura y un excelente trabajo de nuestros panaderos que nos proporcionan una excelente calidad en sabor.
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